CANTO DE DOLOR Y ALEGRÍA POR ESPAÑA
E.R.D. ( 1968 )

España es un pecho que canta
atravesado por espadas de odio
azotado de sables,
una sangre que muge y se bate acorralada
un rostro que pisan botas y culatas
un rostro abofeteado
por obscuros renegados de la tierra,
de sus frutos y sus ramos.
España es una cara rugosa de zurcos
verde por el musgo de las edades
dorada de trigos eternos
roja de fuegos y amapolas
y negra de tinieblas seculares.
Sus brazos tienen el retorcimiento
de los olivos milenarios,
y sus raíces poderosas
han bebido del agua de todos los pueblos,
un rostro amargo, y alegre, !alegre!
con aroma de azahares,
azafrán, caballo y sangre
o la dulzura de un pecho femenino.
España es una mano amorosa
forjada a hachazos
con cinco dedos como cinco riscos escabrosos,
( me han dado pena las mas
delicadas y suaves como un lirio,
mis manos, arando versos y canciones).
España enardecida y luminosa
prado de flores amarillas
gruta de fango obscura y de murciélagos,
yo canto al aire de tu danza
y lloro el luto de tus ojos,
y mi sangre, tu propio pecho,
tu misma sangre y rostro y puños
nuestra sangre vuelve hoy rabiosa, enamorada,
!y canta de dolor y alegría por España!

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RENACIMIENTO
E.R.D. ( Poesía en el mundo 1968 )

Madres de España
parid un hijo fuerte y generoso
limpia la frente de rencores
puras las manos de sangre, plomo y lagrimas
parid un hombre
que abra las cárceles
y siembre y cante,
un hijo ya sin temor de garras y tinieblas,
aquella clara juventud
molinera del trigo venturoso
que da al pan diario
un olor a campo y monte espeso.
Ya que detrás del pan
esta el sudor, la azada,
el labrador que el horizonte observa
y sueña doradas cabelleras
que sobre la faz de la tierra
ondulen frutecidas,
forjad un hombre
y que su palabra sea un alto campanario de alegría
un palomar nutrido blanco.
!Madres de España
parid un hijo lleno de vuelos y de cantos!
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Las imágenes del exilio Español.
El País.com
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LA REBELIÓN DE LA PALABRA.
A Pedro Garfias en su muerte.
Ernesto Rangel Domene

El día sonríe sobre tu muerte,/el día que nos empuja al olvido/ y nos obliga a vivir./ Un cielo azul inmenso/ despliega su helada alegría sobre tu muerte/
y un sol inexorable hace estallar las deslumbrantes rosas./

Has muerto en medio del verano en llamas,/ has muerto en tu propio corazón desolado,/ en mi tierra sin sombra, áspera y dura,/ en mi tierra pobre para tu corazón humilde,/ para que mis montañas, cerros inmóviles y azules/ custodien tus sensibles cenizas que nos honran/ y nuestros hijos veneren tus palabras inmortales./

El vuelo tiene un gusto de comienzo y de retorno/

Pedro te escribo un llanto sin literatura/ .Este reflexionar tu muerte no es un buitre de fama,/ es una ultima carta de amorosa culpa/ que tus manos jamas recogerán./ Mis palabras caen como la lluvia,/ como el llanto sobre tus ojos ciegos/ sobre tus ojos piadosos que tantas lagrimas cegaron/ de tanto ver lo que no vemos,/ porque te escribo llorando,

Pedro,/sinvergüenza pícaro amigo/ gran hombre poeta, hermano y maestro/ peregrino de todos nuestros climas/ bajo el ala del sur/ bajo el ala de gracia/ amante de todas las ciudades/ visitador de pueblos, trashumante juglar/ solitario pastor de soledades/ enamorado de la mujer y las guitarras/ andaluz mexicano, quijotesco salmantino/ huésped encarcelado en los hoteles/ muerto de bondad y compacion/ muerto por nosotros/ nosotros que lo matamos/ con el pan duro de nuestras fiestas,/ con el papel y la tinta venenosa de las oficinas/ con un muro de miedo y arcas llenas,/ nosotros te matamos, Pedro,/ y yo se que nos perdonas con grandeza,/ que disculpas nuestra minúscula sonrisa/ y nuestro amor miserable/ Ni el hambre ni los sanatorios / ni la locura/ ni la muerte atroz que a tu estirpe amenazaba/quebraron tu orgullo de poeta/ tu lealtad a la
promesa que te hiciste/ mártir de la palabra, gladiador del verso,/ héroe del lenguaje, miliciano de España/ cantor de la primavera, refugiado en México./ Soportaste sobre tus hombros/ la soledad y otros pesares,/ todo el dolor humano del abandono/ y todo el pesar de las estrellas,/ mas no te amargo tu rio de aguas amargas/ dulce amigo, inspirador jovial./ Pero a mi me duelen tus ultimas palabras/ aquel adiós que flotaba entre la noche de presagios/ en aquel bar en que hablamos y bebimos/ hasta el alba, bajo un lento suicidio de tequila./ Entre esto que te digo y mi tristeza/ hay una seca puñalada/ un golpe brutal que me dejara sin habla/ hasta que llegue un alarido, o un sollozo,/ una rabia por maldecir al viento/ la rebelión de la palabra/ el desamparo en que nos dejas,/ tu, doctor en soledades/ príncipe de los exilios/ franciscano indefenso/ tutor de perros vagabundos/ mendigo de la amistad/ rey candoroso, niño antiguo/ sabio inocente, hombre total./ El mundo sigue cantando sin ti, Pedro/ y aunque estas inmóvil como tu nombre/ y no podrás ya confundir la avena con el trigo/ tu,  que tanto amaste los pájaros y el fuego/ los arboles que contigo conversaban/el sol y la música, la noche y el silencio/ la vida y la muerte, tu que tanto amaste/ el mar al que en su oído suplicabas/ que te llevara a contemplar de nuevo España/ has de saber que te recuerda, hermano/ que cada ola es un verso
tuyo que repite/ y que el viento y las ondas en el lago/ llevan tu nombre a las estrellas./

El vuelo tiene un gusto de comienzo y de retorno/

Ahora que no hay tiempo/ para sentarnos a llorar tu muerte,/ para ponerse en pie contra el olvido un nudo de ardiente alcohol en la garganta ahoga mis rebeldes palabras que buscan otra puerta por mis ojos para que suene el llanto de los hombres el verdadero diálogo y podamos conversar contigo para decir, conocimos a un ángel que era un hombre.

El día sonríe sobre tu muerte y sobre dalias amarillas, su silencioso azul inmarchitable. Has muerto con la humildad d ka mínima avaricia sin pedir más que amor y belleza, algo más que una rosa mucho menos que la muerte y el hambre…

Heredamos de Ti lo mejor de nosotros, el oro de la libertad, la palabra de plata, el rubí de la sangre, la esmeralda del sexo, Tu orgullo de ser hombre, nuestro propio linaje el polvo y su energía mortal.

Nos dejas tu gallarda sonrisa en el combate, el sol de tu colérica sonrisa y su feroz alegría, tu humor ante la muerte, y tu ternura asombrosa, tû, que padeciste la lluvia y el infierno.

Pedro, yo te despido con el laurel y la paloma. Se han de quedar sin tu voz armoniosa los poemas. Habrá tardes que se desplomen sin los puntales de tus versos tardes que reharán su cromática osamenta cando recuerden tu ritmo y tus canciones. Nos queda lo mas digno de Ti. Te digo adiós con la promesa de amarte hasta el olvido hasta que ya no te recuerde y seas todo presencia, hasta que cada nota tuya sea una silaba en mi acento y puedas contemplar conmigo las flores y los campos, los campos dorados de Sevilla, las torres de Ecija. Yo te prometo, hermano, sembrar un árbol con tu nombre y elevo esta oración porque te guarden la primavera y las estrellas…

El vuelo tiene un gusto de comienzo y de retorno…

El mundo sigue cantando, el día sonríe. Adelantado entre las sombras vas ya rumbo a la Eternidad, nosotros a la Muerte.

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